martes, 17 de mayo de 2022

El Gran Capitán escribió al Rey Fernando sobre misericordia de Dios

Escribe en castellano antiguo la Crónica de Giovio sobre el Gran Capitán que fue Virrey y Juez de Nápoles territorio por él ganado:
En el Gran Capitán, allende el admirable concepto de otras virtudes, relucía en un esplendor de verdadera piedad, porque en todos los negocios, ansi de guerra como de paz, su mayor cuidado era anteponer la honra de la religión a todos los otros cómodos, y defender la jurisdicción de la Iglesia, castigar malhechores y finalmente hacer todas sus obras tales que los soldados, persuadidos con su ejemplo, pensasen la utilidad de la hacienda y las victorias haberles venido de la doctrina cristiana. Por lo cual nadie no se debe de maravillar si manejando las armas con esta costumbre nuestro Señor Dios y todos los Santos tuvieron cuidado a levantalle y hacerle grande, y ciertamente de esto muy evidente milagro que habiéndose hallado en tan grandes batallas y reencuentros, nunca nadie le hirió ni le prendió.

Ejemplo es entre muchos más actos de santidad, que Gonzalo Fernandez de Cordoba, El Gran Capitán, demostrando otra vez su gran piedad y generosidad por el ejército francés vencido, lo que fue constante en toda su vida. Facilitó la vuelta de los franceses hacia Francia por mar.
Les regaló dos grandes "Carracas" o Barcos grandes, con los víveres necesarios, que antes habían apresado los marinos españoles a los piratas en su viaje por mar hacia Nápoles, se llamaban "La Charranta"  y "La Negrona".
El ejército francés se agolpaba en el puerto deseoso de subir a las "Carracas", tenian miedo de que El Gran Capitán se arrepintiera de su generosidad, porque en la anterior batalla como ejército vencido murieron muchos de ellos incluido el General y Duque de Montpensier que no quiso abandonarlos, incluso de hambre, porque habían tenido que volver hasta Francia a pié y existían plagas de peste y piojos, lo que apenó mucho al Gran Capitán; pero Gonzalo siempre cumplió su palabra.

El Rey Fernando El Católico, que siempre tuvo celos infundados del Gran Capitán por la admiración que despertaba, también en Isabel la Católica, y por su gran popularidad; cuando se enteró de este nuevo acto de generosidad, le envió una Carta a su primo Gonzalo (la abuela de Gonzalo Doña Blanca, y la madre del Rey Fernando El Católico eran hermanas), reprochándole que dispusiera de los barcos españoles.
Gonzalo le contestó al Rey, defendiendo valientemente la justicia, misericordia y piedad que le hicieron honor toda su vida con el vencido, con lo que se ratifica con las obras del propio Gran Capitán lo escrito por el cronista Giovio:

"Si nuestras fueran, se las diéramos. A Dios le gusta más usar de la misericordia que de la Justicia. Imitémosle en ello, ya que nos ha dado la victoria".

No hay comentarios:

Publicar un comentario