miércoles, 22 de marzo de 2023

Carta del Rey francés Luis XII al Gran Capitán

Los actos de misericordia del Gran Capitán se han reflejado y transmitido en el Arte y la Historia de España 🇪🇸 durante siglos

Gonzalo Fernández de Córdoba aclamado por el pueblo "El Gran Capitán", ha pasado a la Historia como el mejor militar de todos los tiempos, no sólo por resultar victorioso en todas las batallas que dirigió como hábil General y estratega con tácticas militares innovadoras del recién nacido a su mando ejército español (ya que anteriormente a la unión de los Reinos de Castilla y León y con ello de España, quienes luchaban en la Península Ibérica, Iberia; eran soldados mercenarios), sino por la extraordinaria misericordia y demostrada piedad demostrada ante el enemigo vencido.

En el espectacular cuadro anterior de tamaño natural y más de tres metros, del siglo XIX pintado por Casado del Alisal, que se expone en los Salones del Palacio del Senado de Madrid, España 🇪🇸, está relatada una de las grandes obras de santidad que protagonizó. 
Se llama "Los dos Caudillos", el joven y gallardo General francés Duque de Nemours, de nombre Louis D'Armagnac, con tan solo 28 años de edad, yace muerto en el suelo en la noche del campo de batalla, donde se había desarrollado la gran Batalla de Ceriñola, campo italiano de comarca de La Apulia en el Reino de Nápoles. Donde El Gran Capitán con nuestro ejército español había conseguido vencer en la denominada II Campaña de Nápoles.
Gonzalo reconoció el ropaje del joven General francés, en su sirviente que lo llevaba puesto durante la cena que con gran gala organizó El Gran Capitán, Duque de Sessa, en su en su Tienda de Campaña.
El sirviente pasó a ser otro protagonista de este acto de misericordia, al ser preguntado por el origen de su ropa, manifestó que se la había quitado a un Caballero muy malherido que estaba en el suelo del Campo de batalla a quien remató y despojó de sus vestiduras.
 Gonzalo suspendió la Cena, y le dió orden a su sirviente para que le llevará hasta el lugar donde encontró al Caballero. 
Ayudado de una farol y con sus Capitanes recorrieron el campo nocturno, 
Gonzalo que en ese momento tenía 51 años, descubrió la certeza de su sospecha, el Caballero fallecido era el Duque de Nemours, podía ser su hijo, estaba casi desnudo sobre la tierra y tapado únicamente con lo que se denominaba una teja. 
Gonzalo rápidamente desmontó de su noble caballo, se arrodilló delante del cadáver, rezó por su alma, sus Capitanes le siguieron haciendo el mismo acto piadoso, colocó el cuerpo sobre su caballo, lo llevó al Campamento español y le rindió posteriormente los mismos honores y funeral que habría tenido como militar español, fue llevado a hombros su ataud por los Capitanes españoles.
Es la primera vez que se rindieron honores en la historia entre militares que habían sido enemigos. La Legión española nos recuerda actualmente éstos hechos en cada guardia y honores, en el Traslado y Procesión del Cristo de la Buena Muerte, su Patrón.
También pagó de su pecunio particular el católico entierro de los militares franceses muertos en la Batalla de Ceriñola.



El Rey francés Luis XII escribió una Carta a Gonzalo Fernández de Córdoba el Grán Capitán, despues de vencer las tropas españolas a las francesas en la batalla de Ceriñola en 1.503:
"No tengo por afrenta ser vencido por el Grán Capitán de España,
porque merece que le de Dios aún lo que no fuese suyo, porque nunca se ha visto ni oido Capitán a quien la victoria haga más humilde y piadoso".

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